El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, que dirige Elba Esther Gordillo, calificó como "brutal represión" lo acontecido en Chilpancingo, cuando policías dieron muerte a dos estudiantes de la Normal Rural "Raúl Isidro Burgos" de Ayotzinapa, Guerrero.
Consideró que habría sido mejor una actuación "sensible" del gobierno estatal para atender sus demandas en el marco del diálogo y el entendimiento.
Exigió que los hechos sean "total y minuciosamente aclarados, que la acción penal recaiga sobre quienes resulten responsables material e intelectualmente de la represión y los asesinatos" de los estudiantes Gabriel Echeverría de Jesús y Jorge Alexis Herrera Pino.
La organización que encabeza Elba Esther Gordillo Morales, expresó su más "sentidas condolencias y solidaridad a sus padres, familiares y compañeros normalistas", al tiempo de condenar los sucesos.
A través de un comunicado dirigido a la sociedad y al gobierno de Guerrero, el SNTE afirmó que "no existe absolutamente ninguna razón para que en un país democrático -con derechos sociales y garantías individuales plenamente establecidas en la Constitución-, una protesta estudiantil sea reprimida violentamente y arroje un saldo tan dramático como sucedió en Chilpancingo, en la autopista México-Acapulco".
Consideró que "es totalmente reprobable que los recursos siempre posibles del diálogo y la negociación, e incluso de la disuasión legítima, se hayan sustituido por la violencia extrema e ilegal".
Los "condenables" hechos del pasado 12 de diciembre "vienen a enrarecer aún más el clima de agresión que ha sufrido un amplio sector del magisterio guerrerense en tiempos recientes".
De la misma manera la dirigencia del SNTE "exigió" que las garantías y libertades de toda la comunidad estudiantil sean plenamente respetadas, que se detenga inmediatamente cualquier intento de persecución y se garantice la integridad física y los derechos humanos de todos los estudiantes.
Desde hace un par de años la presidenta del SNTE ha señalado en diferentes foros la necesidad de reformar y transformar la misión de las normales en el país, al considerar que debieran transformarse en escuelas técnicas, de igual manera consideró que algunas han sido incluso "nido" de guerrilleros.
La historia de la Normal de Ayotzinapa refiere que en sus aulas se han formados entre otros, en la década de los 60, el profesor Lucio Cabañas.
Ahora el SNTE señala que "las escuelas normales y sus comunidades educativas representan uno de los más grandes patrimonios con los que cuenta el país. Instituciones entrañables del pueblo de México que son un baluarte de la educación pública nacional".
Plantea, que "defenderlas, garantizar su carácter público y defender los derechos de sus estudiantes, es una obligación que el SNTE siempre asumirá con determinación y orgullo".
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