martes, 18 de octubre de 2011

Se inaugura la Segunda Semana Nacional, Por una cultura de la productividad en la escuela. Discurso del profesor Juan Díaz de la Torre

México, D. F., 18 de octubre de 2011. Con el objeto de llevar los principios y valores de la productividad a todos los niveles educativos, se inauguró ayer la Segunda Semana Nacional, Por una cultura de la productividad en la escuela, en una ceremonia que fue encabezada por el Secretario General Ejecutivo del CEN del SNTE y el Subsecretario de Educación Básica de la SEP. A continuación el texto íntegro del discurso pronunciado por el profesor Juan Díaz de la Torre.

Intervención del Profesor Juan Díaz de la Torre, Secretario General Ejecutivo del CEN del SNTE, durante la Inauguración de la Segunda Semana Nacional: “Por una Cultura de la Productividad en la Escuela”.
Muy buenos días a todas y a todos;
Maestro Fernando González Sánchez, Subsecretario de Educación Básica de la SEP;
Lic. Miguel Ángel Espinoza, Subsecretario de Educación Media Superior;
Dr. Jaime Domingo López, Subsecretario de Empleo y Productividad de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social;
Compañero Eduardo Miranda Ibarra, Representante de la CROM en el evento;
Muy respetables representantes de los sectores productivos del sector empresarial y de los trabajadores;
Señores de los medios de comunicación:
Nuestro Sindicato tiene acreditado desde hace muchos años el derecho y la obligación que tenemos de hacer propuestas en nuestra materia de trabajo, y lo hemos hecho siempre, está documentado ahí con la idea de que sin perder el carácter humanista y el fortalecimiento de los valores de la solidaridad, de la convivencia pacífica, del respeto, resguardando esa área sustantiva de la educación de nuestros niños y nuestros jóvenes, todas nuestras propuestas han ido en esa vía, siempre buscando que los conceptos de la productividad y la competitividad sean parte de las actitudes de los maestros, de los niños, de los padres de familia y por supuesto de los servidores públicos, y lo hemos hecho con la intención, entre otras, de desterrar para siempre de nuestro país la subcultura de la ineficacia y de la ineficiencia.
Por eso, nos da gusto participar en acciones como ésta y la saludamos con seriedad porque creemos y estamos convencidos de que éste es el camino, sin duda alguna. Seguramente hay otros también, pero sin éste difícilmente nuestro país entrará de manera definitiva en la ruta del desarrollo.
 En la economía y la sociedad del conocimiento, la educación es una de las pocas variables de intervención que impacta simultánea y positivamente sobre la productividad, la competitividad, la equidad social y el desempeño ciudadano.
Ambas: economía y sociedad del conocimiento, son estimuladas y dirigidas por la capacidad de la escuela para refinar las destrezas y cualidades de nuestros alumnos a fin de que puedan desplegar su creatividad e inventiva porque, de otro modo, la sociedad y la nación podrían quedar permanentemente atrapadas en el subdesarrollo.
Por ello, en la estrategia de construir el México próspero, justo y democrático, la educación es, por definición, una variable clave que debe dar respuestas eficaces a las exigencias y los desafíos de la competencia en el mercado, de la vida laboral, de los cambios socioeconómicos y culturales experimentados por la compleja sociedad en la que hoy vivimos todos.
En este marco, la realización de esta Segunda Semana Nacional de la Productividad es a juicio de nuestro Sindicato un acierto porque nos permite profundizar en el intercambio de ideas y en la concreción de propuestas alrededor de un tema central de las reformas educativas que tienen lugar a escala mundial: el imperativo de articular al sistema educativo con las prioridades del desarrollo nacional, para lo cual es urgente afianzar una cultura de la productividad.
En el SNTE, quienes tenemos la dirigencia no sólo de Educación Básica sino de todo el sistema público de educación media superior, la Universidad Pedagógica Nacional, el Instituto Politécnico Nacional, todos los compañeros de los subsistemas formadores de docentes que es donde se forma, precisamente, donde debe de acentuarse principalmente la cultura de la productividad.
Si bien la idea de dar un fuerte impulso a la cultura de la productividad desde la escuela significa esencialmente encaminar las transformaciones pedagógicas hacia la generación de valor agregado en las esferas de la empresa, hacia la generación de una conciencia que dilucide cabalmente sobre las ventajas de optimizar los recursos; ni la educación ni la escuela pueden limitarse a cumplir ese propósito.
Por el contrario, la consecución de un mejor nivel de desarrollo económico y empresarial debe ir acompasado por la creación de empleos decentes, con el mejoramiento sostenido de los ingresos de los trabajadores y de la calidad de vida de nuestras familias, con el establecimiento de una sociedad más equitativa, y con el fomento de un espíritu crítico y ético, pues la finalidad última de la educación es ayudar a formar un hombre nuevo con cualidades plenas e integralmente desarrolladas.
Para ello, naturalmente, debemos profundizar en el cambio de los métodos y de las prácticas docentes; en la centralidad de los aprendizajes como detonantes de la capacidad emprendedora; en la pertinencia del currículum, de la gestión escolar: olvidarnos de los currículum cerrados y altamente exigentes y la eficacia de la gestión escolar, sin olvidar que el Estado Mexicano tiene un compromiso indelegable con la equidad, la igualdad de oportunidades y la inclusión.
Desde una perspectiva más amplia entonces, algunos de los grandes desafíos de la cultura de la productividad que estamos impulsando en todos los niveles educativos, radica en convertirla en un efectivo promotor de la inversión; de la modernización y el dinamismo de los sectores estratégicos de la planta productiva; del fortalecimiento y la ampliación de la infraestructura; del progreso tecnológico y la innovación; y de la capacitación de las y los trabajadores en la inteligencia de que la productividad laboral les permitirá alcanzar un nivel de vida superior.
Todos estos retos cruzan como ejes transversales, como aquí se ha dicho, por la cultura de la productividad. Todos convergen en las finalidades de las instituciones de educación básica, media superior y superior, que sin duda son los espacios más importantes para que, en el marco de las prodigiosas transformaciones experimentadas por el mundo educativo, empresarial, comercial, de los servicios y del trabajo, México posea una fuerza de trabajo bien calificada que ayude a tener una economía productiva y competitiva.
Como resultado de la Primera Semana Nacional por una Cultura de la Productividad se ha avanzado en la articulación de este tema con los contenidos y actividades de la educación básica, lo cual favorece el desarrollo de competencias orientadas a la formación de seres humanos productivos, cívicos y comprometidos con el progreso de su país.
Asimismo, se han dado pasos en la incorporación del tema de la productividad como eje transversal, nos parece, en los libros de texto, ya que este concepto como un valor que propicia el desarrollo social, personal y profesional debe de estar plasmado ahí.
Los avances reseñados demuestran que un sistema fuerte de educación pública es compatible con el objetivo de lograr una economía próspera y competitiva, una sociedad justa, una democracia de calidad y una ciudadanía plena.
De cara al futuro, uno de los retos es arraigar en la conciencia de los niños, de los jóvenes, de los docentes, de los directivos y autoridades, la convicción de que un enfoque integral de la productividad ayudará al país a ser cada vez mejor.
Con el alto honor de representar en este acto a la Maestra Elba Esther Gordillo, presidenta y líder nacional de nuestro Sindicato, ratifico la decisión del magisterio para seguir perfeccionando sus métodos y prácticas de enseñanza, conscientes de que uno de los factores claves para la construcción de un México integralmente desarrollado es elevar la calidad de la educación sustentada en la calidad de sus docentes.
Hago votos para que todos quienes aspiramos a vivir en un México exitoso efectivamente sumemos los recursos materiales, humanos e intelectuales que poseemos a favor de la grandeza de nuestra patria.
En lo que nos corresponde como maestras y maestros de educación básica y de media superior y superior, refrendamos nuestra voluntad para cristalizar una de las aspiraciones más notables del fundador de la Secretaría de Educación Pública, José Vasconcelos:
“Desde la primaria enseñar a respetar y amar el trabajo”.
Lo haremos sabedores de que: “La educación es el camino” que es el lema de nuestro 5° Congreso Nacional de Educación y el 3er. Encuentro Nacional de Padres de Familia y Maestros, que está en marcha.
Muchísimas gracias por su atención.

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