DAVID BROOKS CORRESPONSAL
Un país en declive educativo
El catedrático de la
Universidad de Illinois denuncia ofensiva contra profesores
México copia a EU modelos
que empobrecen la enseñanza: Ayers
Potentados han encuadrado el
debate en decir que los educadores son incompetentes
Nueva York, 15 de diciembre.
El profesor William Ayers, veterano luchador por la educación pública
democrática, denuncia que las reformas en el sector que se promueven en Estados
Unidos buscan minar la voz colectiva de los maestros, privatizar la
administración de un recurso público y reducir la enseñanza a un examen
estandarizado.
Señala que México y otros
países que están copiando parte del modelo que se impulsa aquí deberían
entender un par de cosas: una, se reduce la educación a algo que sólo se centra
en un muy estrecho espectro cognitivo, en lugar de que sea una introducción
robusta y amplia de los aspectos humanizantes de la cultura entera.
Ilustra: “no me puedo
imaginar a los Obama diciendo a sus hijas: „nos gustaría llevarlas al
concierto, a clases de violín, al equipo de natación, al ballet, al club de
ajedrez, pero sólo lo haremos si se comprueba que eso elevará sus
calificaciones en los exámenes‟. Eso es una locura, ningún
padre privilegiado diría tal cosa; entonces, ¿por qué se lo decimos a un niño
afroestadunidense en Brooklyn? Es un insulto y lo más lejos de la democracia.
Por eso, esa reducción del currículum, eso de deshacerse de las artes, de educación
física, todo eso tendrá consecuencias desastrosas a largo plazo si uno desea
vivir en una sociedad humanizada y democrática.
La segunda consecuencia que
estamos viendo es que se está desalentando a toda la mejor gente que desea
ingresar al magisterio. El modelo de enseñanza que promueve Arne Duncan
(secretario de educación de Obama) es de tres años y para fuera, explica.
Ese modelo es uno en el cual
se contrata a jóvenes capacitados rápidamente mediante programas como Teach for
America, con la idea de que sólo trabajarán pocos años antes de ser abogados u
tener otra profesión.
Eso es una catástrofe. Ser
maestro es la única profesión en Estados Unidos donde tener experiencia y
antigüedad es considerado un déficit. También es la única profesión donde 50
por ciento de nuestros egresados de escuelas de pedagogía deja de enseñar
después de cinco años. Si eso ocurriera en las escuelas de leyes y de medicina,
tendríamos una emergencia nacional.
Las reformas en el sector
minan además una educación humana y democrática, afirma en entrevista con La
Jornada. Ayers, distinguido profesor
de la Universidad de Illinois en Chicago (recién jubilado), fundador de
organizaciones de reforma escolar y vicepresidente de la división de estudios
curriculares de la Asociación Estadunidense de Investigación Educacional, ha
escrito libros y numerosos artículos sobre el tema y su relación con la
democracia y la justicia social (publicados en revistas de educación de Harvard
y Columbia, en el New York Times y en revistas progresistas).
El experto ofrece un
diagnóstico sobre el gran debate en torno a las reformas del sector que se han
promovido durante la última década en Estados Unidos. Relata que líderes
políticos y empresariales han ganado esta discusión porque lograron definir los
términos.
Cuando
encuadras un tema de la manera que deseas, obtienes la respuesta que buscas.
Cada vez que un político toma el micrófono y dice que necesitamos sacar a los
maestros perezosos e incompetentes de las aulas, todos estarán de acuerdo. Pero
si llego al micrófono primero y digo que todo estudiante de escuela pública
merece tener un profesor pensante, intelectualmente desarrollado, moralmente
apto, apasionado, bien descansado y remunerado, todos estarán de acuerdo
también, expresó.
El problema, en este
contexto, es que los poderosos, los Walton de Walmart, la Fundación de Bill
Gates, tienen el micrófono, y han logrado encuadrar el tema como de
incompetencia de los profesores.
Al evaluar el impacto de eso,
Ayers señala: en lugar de apoyar a los maestros otorgándoles no sólo recursos
físicos, sino también clases más reducidas, reformistas como Gates argumentan
que los sindicatos del magisterio son el gran obstáculo para el progreso en las
escuelas. ¿Adónde van con ese argumento? Esos reformistas tipo Gates desean,
primero, destruir la voz colectiva de los profesores; segundo, imponer la
administración privada de un recurso público, y tercero, definir el aprendizaje
como una calificación en un examen estandarizado.
Abunda: en torno al asunto sindical,
buenas condiciones de trabajo son buenas condiciones para la enseñanza, y
buenas condiciones para la enseñanza son buenas condiciones para el
aprendizaje.
Por lo anterior, afirma, en
una reforma del sistema escolar los maestros tienen que participar. No son los
únicos con buenas ideas, pero son centrales en cualquier solución.
Ayers rechaza los términos
del debate actual, en el cual se repite que sólo hay dos opciones, algo que de
manera reiterada se ve en los grandes medios, “donde por un lado unos defienden
los cosas como están y otros desean luchar contra los sindicatos y privatizar
las escuelas. Eso es falso, nadie cree que sea aceptable cómo están las cosas
en un lugar como Chicago. La pregunta es: ¿qué hacer?, y ¿cuáles deberían de
ser las nuevas normas? “Propongo una norma muy simple: que lo que la gente más
privilegiada y más sabia desea para sus propios hijos, eso debería de ser la
norma para los hijos de todos. “Todos esos llamados „reformadores‟ envían a sus hijos a escuelas que son muy
diferentes a las que proponen para los hijos de otras personas. Nunca hay que
confiar en un reformador que promueve para los hijos de otros lo que nunca
permitiría para los suyos.”
Señala que cuando Barack
Obama y su esposa vivían en Chicago enviaron a sus hijas a la misma escuela de
los hijos de Ayers: la famosa Chicago Laboratory School, donde las clases
tenían un cupo máximo de 15 estudiantes, con profesores no sólo respetados,
sino sindicalizados y bien remunerados, con aulas con abundante material didáctico.
Si es suficientemente bueno
para las hijas de Obama y para los míos, ¿por qué no es esa la norma para los
niños en el lado oeste (el más pobre) de Chicago? Ahí tenemos clases con hasta
40 estudiantes en segundo grado de primaria. Es atroz.
Se le pidió su
opinión sobre todos los datos y documentos elaborados por expertos que citan
los reformadores empresariales y los políticos para promover sus iniciativas.
Respondió: nada de eso está basado en investigaciones. De hecho, las propuestas
están basadas en la fe, no en hechos.
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